MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D7B937.7BB75030" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D7B937.7BB75030 Content-Location: file:///C:/B564B0CF/03_ALFA_OCT_YASER_Elhacermediconecesitadelpensarfilosofico.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
<=
/span>Recibido: 04-08-2021 / Revisado: 17-08-202=
1 /
Aceptado: 08-09-2021 / Publicado: 05-10-2021
¿El
hacer médico necesita del pensar filosófico?
DOI: https://doi.org/10.33262/ap.v3i4.110
=
Does
making medical need of thinking philosophical?
=
Caridad J. Fernández Valderrama. =
[1], Bárbara Rodríguez
Álvarez. [2], Zulay Fernández Garri=
do. [3] & Efrain
Velastegui López. [4]
Abstract
Today, as in no previous e=
ra,
the transcendence that technological scientific development has acquired in=
the
life of society, in all areas of its existence, is incomparable, this is an
impossible fact to ignore, and it necessarily leads to a reflection on the
implications that poses such a problem for life on the planet. A world that=
is
transformed with unusual rapidity as a result of human actions should
necessarily be embodied in respect for the essential values and rights of t=
he
individual and of everything that lives. It is not possible to ignore the
social responsibility of the scientist before his investigative results, it=
is
not possible today, to do science detached from a humanist conception cente=
red
on respect for all that is alive and for the value of human dignity; It is =
not
possible to ignore the philosophical reflection that involves the treatment
that implies the consequences of technological scientific development whate=
ver
the spheres of knowledge that are analyzed. However, even when it seems that
such an understanding of the subject is accepted by a large number of schol=
ars,
it is significant to observe how disdainful attitudes are still found towar=
ds
the need for dialogue between philosophical thinking and scientific endeavo=
r,
even in directly related areas of knowledge. With the life of man as are the
medical sciences. This situation has motivated the development of this refl=
ection,
with the sole purpose of deepening once more the need for the relationship
between Philosophy and Medicine.
Keywords: Philoso=
phy,
Medicine, Science, Health.
Resumen
Hoy
como en ninguna época anterior resulta incomparable la trascendencia que ha
adquirido el desarrollo científico tecnológico en la vida de la sociedad, en
todos los ámbitos de su existencia, ese es un hecho imposible de ignorar, y
lleva obligatoriamente a una reflexión sobre las implicaciones que plantea =
tal
problemática, para la vida en el planeta. Un mundo que se transforma con una
rapidez inusitada como resultado del actuar humano forzosamente debería
concretarse en el respeto hacia los valores y derechos esenciales del indiv=
iduo
y de todo lo vivo. No es posible soslayar la responsabilidad social del
científico ante sus resultados investigativos, no es posible hoy, hacer cie=
ncia
desvinculada de una concepción humanista centrada en el respeto por todo lo
vivo y por el valor de la dignidad humana; no es posible desentenderse de la
reflexión filosófica que conlleva el tratamiento que implica las consecuenc=
ias
del desarrollo científico tecnológico cualesquiera sean las esferas del sab=
er
que se analice. No obstante, aun cuando pareciera que tal comprensión del t=
ema
es admitida por una gran cantidad de estudiosos, resulta significativo obse=
rvar
cómo se encuentran todavía actitudes desdeñosas hacia la necesidad del diál=
ogo entre
el pensar filosófico y el quehacer científico, incluso en áreas del
conocimiento directamente vinculadas con la vida del hombre como son las
ciencias médicas. Esta situación ha motivado el desarrollo de estas líneas =
con
el objetivo de reflexionar sobre la relación entre la Filosofía y la Medici=
na.
Palabras Claves:
Filosofía, Medicina, Ciencia, Salud
Introducción
Hoy
como en ninguna época anterior resulta incomparable la trascendencia que ha
adquirido el desarrollo científico tecnológico en la vida de la sociedad, en
todos los ámbitos de su existencia, ese es un hecho imposible de ignorar, y
lleva obligatoriamente a una reflexión sobre las implicaciones que plantea =
tal
problemática, para la vida en el planeta. Un mundo que se transforma con una
rapidez inusitada como resultado del actuar humano forzosamente debería
concretarse en el respeto hacia los valores y derechos esenciales del indiv=
iduo
y de todo lo vivo.
No
es posible soslayar la responsabilidad social del científico ante sus
resultados investigativos, no es posible hoy, hacer ciencia desvinculada de=
una
concepción humanista centrada en el respeto por todo lo vivo y por el valor=
de
la dignidad humana; no es posible desentenderse de la reflexión filosófica =
que
conlleva el tratamiento que implica las consecuencias del desarrollo cientí=
fico
tecnológico cualesquiera sean las esferas del saber que se analice.
No
obstante, aun cuando pareciera que tal comprensión del tema es admitida por=
una
gran cantidad de estudiosos, resulta significativo observar cómo se encuent=
ran
todavía actitudes desdeñosas hacia la necesidad del diálogo entre el pensar
filosófico y el quehacer científico, incluso en áreas del conocimiento
directamente vinculadas con la vida del hombre como son las ciencias médica=
s.
Esta
situación ha motivado el desarrollo de estas líneas con el objetivo de
reflexionar sobre la relación entre la Filosofía y la Medicina.
Metodología
La
ruta metodológica de la investigación estuvo presidida por la concepción
dialéctico materialista de la realidad, además se emplearon técnicas y méto=
dos
como el análisis-síntesis, inducción-deducción, lo histórico-lógico para la
revisión de las fuentes bibliográficas, se utilizaron fuentes primarias y
secundarias de información.
Resultados
Los
argumentos presentados constituyen una propuesta de actualización y
profundización de los programas de posgrado de la asignatura Filosofía, Cie=
ncia
y Salud para los médicos residentes de la Facultad de Ciencias Médicas Gene=
ral
Calixto García, de la Universidad de La Habana.
La relación
filosofía-medicina
Entre
los posgrados destinados a completar la preparación de los residentes de me=
dicina
en las universidades cubanas, se encuentra el curso de Filosofía, Ciencia y
Salud, lamentablemente la mayor parte de los cursistas=
solo asisten porque es parte del currículo obligatorio a cumplimentar, pues=
to
que no alcanzan a distinguir qué l=
es
puede aportar este tipo de saber a su profesión, mucho menos la importancia=
que
tiene en un mundo cada vez más dominado por la
robótica, la cibernética, la nanotecnología, la inteligencia artific=
ial,
la realidad virtual, la biotecnolo=
gía,
por solo mencionar algunas, incluso algunos de los alumnos llegan a expresar
que es una pérdida de tiempo y se plantean una medicina divorciada de la
reflexión filosófica, es decir la ciencia médica apartada de la duda, de un
profundo razonamiento sobre las
implicaciones de su quehacer en el convulso mundo en el que se desenvuelve =
hoy.
El surgimiento y desarrollo de la medicina no puede
comprenderse desvinculado de su es=
trecha
e indisoluble sujeción con el desarrollo de la producción material, cultura=
l,
científica, en general, así como por la poderosa influencia que ha tenido l=
a pugna
entre las vertientes ideológicas esenciales en cada época.
Desde
que comienza a gestarse el pensamiento teórico se establece un apretado vín=
culo,
entre lo que posteriormente serían denominadas las ciencias humanísticas y =
las ciencias
de la salud, ya que su desarrollo estará determinado por las condiciones hi=
stórico
sociales en que surgieron y van progresando; pero aún hoy, en los escenarios
donde acuden especialistas de las ciencias
naturales, o ingenieros, o =
médicos,
un número no despreciable, olvidan o subestiman esta relación y cuando se d=
eclara
que necesitan de la filosofía, o d=
e las
ciencias sociales y humanísticas, rechazan fuertemente esta aseveración, pu=
es choca
con la percepción cotidiana, casi unánimemente compartida por estudiantes,
profesores y especialistas que aceptan una división del trabajo científico<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> que aísla a las ciencias entre sí, y tr=
atan
de desentenderse más aún de las sociales.
Esta
separación se encuentra convenientemente arraigada en el orden institucional
vigente, se estudian carreras y posgrados separados, inclusive en centros
universitarios diferentes, lo cual no es más que el reflejo de la
separación cognitiva que se generó=
entre
las ciencias naturales y las
humanísticas; situación que echó raíces con la modernidad y sin luga=
r a
dudas, ha conllevado a un empobrecimiento más y más profundo de los diversos
campos del saber; no obstante, ya es tiempo de buscar las articulaciones, l=
as
interrelaciones, de reconectar las ciencias entre sí, ya no es sostenible la falsa idea de que=
el conocimiento
alcanzado es exacto, fiel reflejo de los fenómenos y procesos, cuando lo ci=
erto
es, que en ese proceso de abstracción científica mediante el cual intentamos
conocer la realidad, se escapan múltiples aristas, relaciones, nexos, que s=
olo
es posible captar en el movimiento, la interconexión, los intervínculos,
en la dinámica interactuante, en la
organicidad de los diversos sistem=
as.
Luego
en pleno siglo XXI, ¿es posible que aún se sustenten posiciones que tienden=
a
la separación del nexo medicina-filosofía? ¿es menester seguir desconociendo
esta íntima relación?, ¿reconocer este vínculo significa que el médico aban=
done
su profesión para dedicarse a la disquisición filosófica?
A
estas inquietantes interrogantes se le han adjudicado una larga lista de
respuestas, entre las cuales es destacable la brindada por J. M. Taborda Alzate y F. L. Ochoa Jaramillo quienes se plantean: …=
¿qué
implica la actitud filosófica en la vida del médico? Ante todo, entrañaría
asumir responsablemente un sólido proceso de formación filantrópica y filotécnica.
El
médico está, por naturaleza de su oficio, expuesto siempre a relacionarse c=
on
la enfermedad, la vejez y la muerte. Justamente por eso, habría de nutrirse=
de
las manifestaciones más profundamente humanas: la música, la literatura, la
filosofía, el arte, la mística. Si el médico reduce su quehacer a una mera
labor técnica (filotecnia), no sólo reduce la mirada sobre su paciente, sino
que va limitando el sentido de lo que él mismo es (su identidad en tanto ser
humano, social y cultural).
En
concordancia con el ideal hipocrático, el médico, se tendría que hacer suya=
la
clásica sentencia de Terencio: “Homo sum, humani
nihil a me alienum puto” (Soy humano, y nada de=
lo
humano me es ajeno). Así pues, al médico no debería serle ajeno lo político=
, lo
económico, lo estético, lo ético, lo antropológico, lo sociológico, ni tamp=
oco
lo filosófico. Y yendo más allá: no solamente lo humano habría de ser
considerado por el médico, también lo aparentemente no humano habría de ser
objeto de su asombro: la zoología, la botánica, la cosmología, la ecología,
etcétera; todas ellas no tendrían por qué ser ajenas al interés del médico =
en
tanto filántropo.
Indudablemente,
no se intenta un mágico acto de conversión en el que se transforme el médic=
o en
filósofo, tampoco se ha de pensar que el filósofo sea el indicado para
introducirse en las ciencias médicas, tan sólo se pretende llamar la atenci=
ón
sobre la necesidad de un profundo examen sobre el hombre y su lugar en el
universo, y en especial sobre el hacer médico y su relación con el pensar
filosófico. De modo tal, que ambos dialoguen y dicho dialogo
tribute a la comprensión de la complejidad del mundo en cual están
insertos.
Sobre filósofos-médic=
os o
médicos-filósofos.
Es
sabido que la relación entre ambas esferas del saber ha sido compleja, sin
embargo, al hurgar en la historia pasada de ambas, se encuentran múltiples
ejemplos de médicos en los que ha estado presente una fuerte preocupación
filosófica. Y es que sería impensable un médico, cuyos conocimientos sobre =
el
cuerpo humano, su relación con el medio y su influencia en la salud, no se
sustenten en una determina concepción del mundo de la cual se deriva la
condición ética asumida.
Este
íntimo vínculo entre el hombre y el medio circundante, estudiado desde la esfera de la salud, aunque de modo
espontáneo e ingenuo estuvo presente en el conocimiento médico del período =
de
la Antigüedad; sobre ello se han encontrado numerosas evidencias, en las
investigaciones realizadas de muchos pueblos como por ejemplo en la India, =
en
Egipto, en China y Grecia.
Uno
de los primeros pensadores cuyo quehacer en la medicina ha trascendido a tr=
avés
de la historia humana fue Hipócrates, quien a partir de la concepción
dialéctica predominante en su época, consideraba a la enfermedad como un
proceso general de todo el organismo, por lo que este último debía concebir=
se
en su unidad e integridad, buscaba las causas materiales de las enfermedade=
s y
su relación con el medio ambiente, fue capaz de separar la práctica médica =
de
las especulaciones filosóficas y la magia.
Por
su parte el pensamiento de Galeno ejerció =
una
profunda influencia en la medicina practicada en el Imperio Bizantino, que =
se
extendió con posterioridad a Oriente Medio para acabar llegando a la Europa
medieval, donde vivió hasta entrado el siglo XVII.
Autores como M. Ruiza, T. Fernández, E. Tamaro, entre otr=
os, señalaron
que influido=
span>
por las doctrinas de Hipócrates, Galeno sostuvo como tesis, que la salud del
individuo se basa en el equilibrio entre la sangre y una serie de humores
conocidos como bilis amarilla, bilis negra y flema. Fue pionero en la
observación científica de los fenómenos fisiológicos, y practicó numerosas
disecciones, que le permitieron identificar siete pares de nervios craneale=
s,
describir las válvulas del corazón e incluso establecer las diferencias
estructurales entre venas y arterias. Galeno logró demostrar asimismo que l=
as
arterias no transportaban aire, como entonces se creía, sino sangre,
A
la postre, Galeno recopiló los conocimientos médicos de su tiempo, en espec=
ial
la fisiología, la patología farmacología, terapéutica, higiene, obstetricia,
entre otras. En filosofía bebió de la vertiente idealista de Platón
específicamente su teoría sobre el pneuma y de
Aristóteles tomó la doctrina de las causas finales. … “Sus concepciones y teorías contienen =
muchas
especulaciones y poca correspondencia con la realidad”
En
el período feudal destacaron, Avicena, Averroes y Maimónides, entre otros,
quienes conciben a la filosofía como una vía necesaria para la comprensión =
de
muchas problemáticas para las cuales la medicina no había encontrado aún
respuesta.
Avicena,
famoso sabio y eminente médico de la Edad Media, fue uno de los pensadores =
más
importantes de la denominada filosofía islámica y de la medicina universal,=
en
ellas recreó su capacidad de concentración y su fuerza intelectual, estudió,
comentó y revolucionó las obras médicas de antecesores griegos como Hipócra=
tes,
Claudio Galeno, Dioscórides, el naturalista y sabio Aristóteles, lo que le =
proporciona
reconocimiento por muchas centurias, como el médico más completo y capaz,
dotado de una inteligencia privilegiada de su época. Describió el nervio óp=
tico
y el quiasma, estudió el sistema circulatorio de manera muy precisa; descri=
bió
las valvas de la válvula aórtica y explicó cómo se abrían durante la sístol=
e y
cerraban durante la diástole, impidiendo así que la sangre regresara al
ventrículo. Definió que el objeto
material de la medicina es el cuerpo humano y estableció el límite entre sa=
lud
y enfermedad. Su obra Canon de la
medicina es todo un compendio de los conocimientos existentes a la sazó=
n en
este terreno y durante cinco siglos fue el libro de consulta de los médicos,
tanto en Oriente como en Occidente
M.
T. Iovchuk
Averroes fue filósofo, médico, astrónomo,
juez, escritor y profesor, además de elaborar una enciclopedia médica, escr=
ibió
comentarios sobre la obra de Aristóteles; de ahí que fue conocido como «el =
Comentador».
En su obra Refutación de la refutación (Tahafut=
al-tahafut) defiende la filosofía aristotélica frente a =
las
afirmaciones de Al-Ghazali de que la filosofía
estaría en contradicción con la religión y sería, por lo tanto
una afrenta a las enseñanzas del islam. El parte de la distinción aristotél=
ica
entre dos intelectos, el nous pathetikós
(intelecto receptivo) y el nous poietikós
(intelecto agente), que permitió desligar la reflexión filosófica de las
especulaciones míticas y políticas. Se esforzó en aclarar cómo piensa el ser
humano y cómo es posible la formulación de verdades universales y eternas p=
or
parte de seres perecederos. Se distancia de Aristóteles al subrayar la func=
ión
sensorial de los nervios y al reconocer en el cerebro la localización de
algunas facultades intelectivas (imaginación, memoria...). Sitúa el origen =
de
la intelección en la percepción sensible de los objetos individuales y conc=
reta
su fin en la universalización, que no existe fuera del alma (el principio de
los animales): el proceso consiste en sentir, imaginar y, finalmente, capta=
r el
universal. En su obra Tahâfut expone la necesid=
ad de
que la ciencia se adecue a la realidad concreta y particular, pues no puede
existir conocimiento directo de los universales.
El
eje de la filosofía de Averroes es la diferenciación entre el conocimiento
humano y el divino. El conocimiento humano, basado en las cosas sensibles, =
es
de los sentidos y de la imaginación; no es un conocimiento objetivo, el cua=
l se
define como "unidad e identidad perfecta bajo todo aspecto entre el su=
jeto
y el objeto". El conocimiento humano mantiene necesariamente una
inevitable pluralidad al no estar nunca los inteligibles totalmente desliga=
dos
de las formas imaginativas. Además es incompleto,
porque no capta la esencia de las cosas, sino sólo los "accidentes&quo=
t;
de las sustancias,
Mahimónides es
considerado unánimemente la figura más prominente del judaísmo durante el
período medieval. Su riquísima formación intelectual (teológica, filosófica=
y
médica) unida a una profunda espiritualidad dio forma a la figura de un méd=
ico
altamente humanitario, racional y abnegadamente dedicado a su trabajo. Su l=
egado
incluye importantes aportes en el área de la Infectología, su obra refleja =
un
profundo conocimiento de los escritos de médicos griegos e islámicos,
destacando Hipócrates y Galeno entre los primeros y Al-Razí
(Rhazes) e IbnZuhr =
(Avenzoar) entre los segundos. Su legado médico consta=
de
diez tratados, entre los cuales destaca la obra ‘Aforismos Médicos de Moisés’, un conjunto de 1.500 aforismos or=
ganizados
en 25 capítulos, cada uno versando sobre un área diferente de la medicina. =
Sus
obras -afirma J. Cerda
Por
su parte en Europa Occidental, a la caída del Imperio Romano, el poderío
económico y por tanto ideológico alcanzado por el cristianismo durante el
período feudal, trajo como consecuencia la supeditación a la fe religiosa de
todas las formas de la producción espiritual. Se impuso la visión determini=
sta
y teocentrista de la enfermedad, así como la cu=
ración
del enfermo únicamente por intermedio de Dios. La tradición médica griega f=
ue estrangulada,
al ser eliminada la lectura de sus textos por la Iglesia Católica. A partir=
de
entonces la enseñanza y el estudio de la medicina se realizaban únicamente =
en
los monasterios, decayeron los conocimientos teóricos y no
progresaron los que ya existían sobre anatomía y fisiología. La disección de
cadáveres fue prohibida durante siglos y como consecuencia, persistieron mu=
chos
conceptos erróneos de la antigüedad que atrasaron el avance de la medicina.=
El
estancamiento de los conocimientos médicos en la Edad Media favoreció que l=
a doctrina
dogmática de Galeno predominara más allá del medioevo y sirviera de fundame=
nto
a la enseñanza de la medicina hasta bien entrado el siglo XVIII.
Posteriormente
Descartes, y John Locke fueron médicos cuyo pensamiento ocupan un lugar cim=
ero
entre los filósofos de su tiempo. =
El
rasgo fundamental de la filosofía cartesiana es la dualidad cuerpo-alma en =
el
ser humano, coloca la razón en la parte anímica y sostiene al mismo tiempo =
que
los procesos corporales en hombres y animales, al igual que la evolución de=
la
vida en el planeta Tierra, se encuentran regidos por las leyes del movimien=
to
mecánico, -no alcanzó a distinguir la diversa complejidad de las formas del
movimiento de los sistemas materiales, ni como las más simples se subordina=
n a
las leyes que rigen otras formas más complejas del movimiento, en la medida que se hacen más complicad=
os los
sistemas materiales-.
El
alma siempre se había entendido como un principio vital, pero Descartes con=
su
genialidad distintiva la identificará con la mente, sustancia pensante. La =
vida
forma parte entonces de la sustancia extensa que es el cuerpo y se entenderá
como producto de mecanismos específicos que operan en él
J.
Locke fue un filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más infl=
uyentes
pensadores del empirismo inglés y conocido como el «Padre del Liberalismo
Clásico». Ilustre exponente del materialismo, fue el fundador del sensualis=
mo
materialista según el cual, todo el conocimiento proviene de la percepción
sensorial del mundo exterior. La experiencia es la única fuente de las idea=
s,
es el único medio para obtener conocimientos, concibe la mente como una “ho=
ja
en blanco”, negando que existieran ideas innatas en ella, como decía Descar=
tes,
y recalcando que todas las ideas pertenecen, o se adquieren por medio de la
experiencia personal.
La
teoría de la mente de Locke es frecuentemente citada como el origen de las
concepciones modernas de la identidad y del yo, que figuran prominentemente=
en
las obras de filósofos posteriores como Hume, Rousseau y Kant. Locke fue el
primero en definir el yo como una continuidad de la conciencia. Postuló que=
, al
nacer, la mente era una pizarra o tabula rasa en blanco. Al contrario de la
cartesiana —basada en conceptos preexistentes—, sostuvo que nacemos sin ide=
as
innatas, y que, en cambio, el conocimiento solamente se determina por la
experiencia derivada de la percepción sensorial. En su obra Ensayo sobre el entendimiento humano=
i>
(1690), Locke ataca por segunda vez el modo de pensar de su tiempo. Aquí se
propuso buscar el origen, la certeza y la extensión del conocimiento humano=
. Su
intención era aplicar el método científico de su tiempo al estudio de las
operaciones mentales. A pesar de que Bacon no había profundizado
suficientemente en la relación entre las ideas y la experiencia, Locke se
preocupa por ello desarrollando el empirismo baconiano, razón por la cual
muchos autores lo consideran uno de los más valiosos precursores de la psic=
ología
empírica
K.
Jasper, filósofo y psiquiatra alemán influyó enormemente tanto en la medici=
na
como en la filosofía. Embebido del pensamiento de Kierkegaard y Nietzsche, =
se
convirtió en uno de los creadores del existencialismo, el cual constituyó un
modelo de pensamiento que se centraba en el estudio y reflexión de la condi=
ción
humana, en la libertad de las personas y en sus responsabilidades como
individuos; así como en las emociones y el sentido de la vida, de modo que =
las
reflexiones sobre la libertad personal se convierten en parte central de su=
s trabajos
filosóficos. Al mismo tiempo decide cambiar la perspectiva de la investigac=
ión
de las enfermedades mentales, y su visión al respecto=
se convirtió
en un clásico de referencia dentro de la bibliografía siquiátrica y cuyas
pautas de diagnóstico han servido de inspiración para los procedimientos de
diagnósticos modernos
La
figura de Sir William Osler marca el comienzo de importantes conocimientos y
aportes en la clínica médica y revoluciona la enseñanza de la medicina.
Conocido desde entonces como el padre de la medicina moderna. Su legado fue=
la
enseñanza al lado del paciente; el nuevo currículo, la educación médica y la
promoción de la investigación en los estudiantes; el conocimiento de la his=
toria
y el humanismo y el amor a la medicina interna. Marcó el comienzo de
importantes conocimientos y aportes en la Clínica Médica y revoluciona la
enseñanza de la medicina. Conocido desde entonces como el padre de la medic=
ina
moderna
Para
Osler la educación en la medicina era el reconocer los aciertos y a la vez =
las
equivocaciones de las que había que aprender y lamentar. “La ciencia y el h=
umanismo
no pueden evitar las desgracias implantadas por el error; pero estos dan ad=
quisiciones
de conocimientos”
Fue
capaz de transmitirle a sus discípulos la necesidad de conocer y ayudar a l=
os
pacientes en sus problemas sociales, la mejor asistencia al pobre que no po=
día
pagar, el principio del alivio del dolor y del sufrimiento humano; pensaba =
que
el profesionalismo médico sería reconocido al practicar siempre la medicina=
con
calidad. Su ética y humanismo lo caracterizó siempre, así como la sencillez=
, comunicaba
conocimientos y experiencias a sus discípulos sin arrogancia ni egoísmo.
Todos
estos médicos ilustres, aunque en diversas épocas, desarrollaron sus invest=
igaciones
en los más disímiles campos de las ciencias médicas, al mismo tiempo, tuvieron en común, una concepción del mundo, de la vida y la propia humanidad, que
los impulsaba hacia la búsqueda y profundización incesante de nuevos conoci=
mientos
desde su esfera del saber.
La relación
Filosofía-Medicina en la contemporaneidad.
El
desarrollo científico tecnológico hasta nuestros días constituye el resulta=
do
lógico del proceso de humanización de la naturaleza por parte del hombre, q=
ue ha
trascurrido a partir de las soluciones dadas a las necesidades sociales, co=
n un
nivel determinado de desarrollo de las condiciones de producción material y
espiritual.
En
ese proceso de humanización de la naturaleza, el hombre se ha transformado =
a sí
mismo, y hoy no se puede desentender de
esa realidad, es por ello que resulta impensable formar científicos, y en
especial en las ciencias de la salud, que no sean portadores de un sentido =
de
la vida, de una responsabilidad ante los resultados de su trabajo, sin una
ética profesional que los caracterice, sustentada en una profunda concepción del mundo y de lo
humano que prestigie la profesión y al mismo tiempo se erija en importante =
vía
para impedir el ejercicio de una medicina deshumanizada, fenómeno que pugna
peligrosamente por enraizarse en la práctica médica, en la misma medida que=
la
mercantilización y la medicalización se unen en fuerte abrazo para desplaza=
r al
humanismo característico de esta noble profesión.
La
medicina -refiere Miguel Kottow- si=
empre
se ha puesto por tarea cuidar y curar a las personas en la situación
contingente que es la enfermedad, observación que no es trivial por cuanto =
indica
a la práctica médica como la única que incontestadamente está autorizada pa=
ra
interferir en los procesos naturales, imponiéndole a la enfermedad el artif=
icio
de la terapia. Lo cual, antes de ser un problema para la bioética, que por
cierto lo será, significa uno frente a la filosofía, porque la vida humana =
ya
no es una realidad con cotos dados, sino un proceso de influencias artifici=
ales
que se desarrolla de acuerdo a una intención, un deseo o un interés. (Kottow, 2009)
Al
seguir esta lógica de razonamiento Kottow asegu=
ra:
que “la medicina contemporánea no puede enfrentar sus problemas sin una
reflexión extratemática, porque su ámbito de ac=
ción
actual y potencial rebasa las tradicionales tareas de curar, paliar y preve=
nir
enfermedades. Al mismo tiempo considera que la filosofía, hace tiempo que
abandonó sus inquietudes metafísicas clásicas, se refugió en el cultivo del
pensamiento analítico y comenzó a desarrollar una reflexión en torno a la
biología, al cuerpo, a la sexualidad y al género, permitiendo que surjan nu=
evas
perspectivas de análisis ante las complejas temáticas que plantean hoy las
ciencias de la vida y la tecnociencia en general. La complejidad de estas materias estrib=
a en que
ya no se trata de observar e interpretar fenómenos biológicos y estrategias
terapéuticas, sino de aprehender que estas realidades están siendo profunda=
e
irreversiblemente transformadas por el ser humano.
El
vertiginoso desarrollo científico tecnológico conduce -entre otras problemá=
ticas-
a reconsiderar con mayor fuerza la supuesta dicotomía medicina-filosofía, c=
on
la que ha venido operando hasta ahora una buena parte de los especialistas.=
Miguel
Kottow expresaba que en la actualidad ya no tie=
ne
sentido seguir reforzando la imagen de aislamiento, separación, puesto que =
cada
vez es más evidente e irrefutable la existencia de profundos nexos “… por
cuanto los conocimientos y las competencias biomédicas están llegando a un
punto en que la clásica distinción entre
natura y cultura desaparece, perdiéndose el ordenamiento ontológico entre lo
trascendente, lo que es producto del ser humano, y lo que es naturaleza dad=
a”
En
un primer acercamiento a estas esferas del saber: Filosofía y Medicina, con
objetos de estudio bien delimitados y diversos entre sí, puede que solo se
capten las diferencias y resulte difícil establecer puntos de contacto, no
obstante, al meditar detenidamente=
se puede
establecer una relación: ambas tienen como centro al hombre, la medicina lo
estudia desde el ángulo del proceso salud-enfermedad, la filosofía desde su
perspectiva generalizadora valora la relación hombre-mundo, de ahí que a la
medicina le será muy difícil el abordaje teórico de los problemas que estud=
ia y
la comprensión cabal del complejo proceso salud-enfermedad, si no lo hace a
partir del conocimiento de la esencia humana y el funcionamiento social del
hombre.
Las
preguntas iniciales presentes en el pensamiento filosófico, es decir, ¿Qué =
es
el hombre?, ¿Qué es la sociedad?, ¿De dónde venimos?, ¿Cuál es el lugar del
hombre en el mundo?, ¿Hacia dónde vamos?, resultan imprescindibles para
responder adecuadamente a las cuestiones ontológicas del pensamiento médico=
de
todos los tiempos, tales como: ¿qué es la enfermedad? ¿Qué es la salud?, ¿C=
ómo
interactúan en la vida del hombre?
Tampoco
las cuestiones éticas, propias de la práctica médica pueden enfrentarse,
A
partir del siglo XIX, la medicina se tornó cada vez más invasiva, sin embar=
go,
lo característico y nuevo de la medicina contemporánea, señala Newmn es que no solo interfiere y controla, sino que
transforma y reemplaza a la naturaleza al punto que el artificio suple y su=
pera
lo natural. El espíritu terapéutico que subyace a esta evolución parecería
neutralizar toda crítica a la invasión instrumental de la naturaleza, pero =
por
otro lado erige la incógnita acaso habrá un límite ético a la artificializa=
ción
de lo natural.
¿Qué
significa hoy la existencia del sujeto en un mundo dominado por la tecnolog=
ía?,
¿cuál es el significado de su existencia en la época de la robótica, de la
cibernética, de la informática, de la realidad virtual y la inteligencia
artificial?
Una
de las preocupaciones más importantes de nuestro tiempo tiene que ver con l=
os
efectos negativos de diversos factores sobre el ethos médico; entre ellos, =
quizás
los más importantes sean el avance biotecnológico, la mercantilización de la
salud, la fragmentación de la atención médica y su creciente deshumanizació=
n.
En
un mundo globalizado en el que la automatización y la computarización
reemplazan a ritmo acelerado el trabajo manual humano y parece apuntar haci=
a un
futuro “posbiológico” y “sobrenatural”, aflora =
la
indispensable introspección que debe acompañar la práctica científica en
cualquier contexto, la cual entraña un fuerte contenido ético.
Cada
vez las ciencias están más cerca del momento en que prácticamente todas las
funciones humanas esenciales, físicas y mentales, tendrán su equivalente
artificial, ya es una realidad el robot inteligente, el cual representa el
prototipo de la unión de los resultados del desarrollo cultural, es una máq=
uina
que puede pensar y resolver tareas como un ser humano, aunque física y
moralmente no lo sea.
Si
a ello le sumamos las posibilidades que representan la clonación de humanos,
los avances en el campo de la ingeniería genética, en la biotecnociencia,
las nanociencias, las neurociencias, la inteligencia artificial, entre otra=
s, no
resulta tan lejano los “replicantes” al estilo de las películas futuristas =
que inundan
la vida cotidiana. Y este escenario
tendrá consecuencias positivas indudablemente, pero también implicará riesg=
os muy
negativos para el género humano, y para todo lo vivo en el planeta, si se s=
igue
manteniendo actitudes indiferentes y tolerantes ante las mismas, ¿es posible
contemplar impasiblemente como la industria armamentista de los países
desarrollados construyen entes autónomos dotados de inteligencia artificial
destinados a la guerra?
Infortunadamente
el desarrollo científico-tecnológico generado desde los centros de poder
hegemónicos actuales, más bien utilizan el conocimiento para dominar la nat=
uraleza
con la intención de satisfacer el afán de lucro y no con el propósito de
solucionar las necesidades siempre crecientes de la humanidad; tampoco los
progresos en la esfera médica están prioritariamente dirigidos hacia la
erradicación de las principales causas de muerte de la población mundial. Se enfatiza la investigación de las enfermedade=
s más
comunes en países desarrollados y se ignora la agravante ocurrencia de
problemas de salud en millares de personas pertenecientes a los países más =
empobrecidos.
El
quehacer médico siempre ha reconocido que los cánones entre los que es posi=
ble
actuar, están restringidos por los propios límites naturales de los individ=
uos,
por ello admite que mayoritariamente los esfuerzos terapéuticos han sido más
paliativos que curativos. Hoy la situación es bien diferente, sobre todo cu=
ando
se observa como los avances científicos de las diversas especialidades médi=
cas
han llegado a intervenir en las situaciones extremas de la vida humana, con=
lo
cual dejan de ser limítrofes.
Cuando
se repara en las infinitas posibilidades que puede brindar la biotecnociencia, los nanofármaco=
s,
la nanomedicina, la electroneurobiología, entre
otras, apuntan hacia la modificaci=
ón, la
transformación, el cambio y por tanto los límites de la vida humana y el
abanico de sus situaciones existenciales, - indica Kot=
tow
(2009)- quedan de este modo, cuestionados por la medicina: ¿Qué posibilidad=
es
de sobrevivencia tiene un individuo que nace con 500 gramos o menos?, ¿Qué
posibilidades de sobrevivencia tiene un individuo que forma parte de un
desastre aéreo?
En
condiciones naturales, en ambos casos, de lograrse la sobrevivencia, se
tendrían serias probabilidades de ingresar al mundo con discapacidades y
limitaciones. A ello hay que agregar que la prolongación artificial de la v=
ida
a cualquier costo, constituye un relativo fracaso cuando las personas ven su
existencia sometida a circunstancias bajo las cuales no desean vivir.
Y
esta conciencia de limitaciones afirma Kottow se
expresa a través de un lenguaje bioético que llama la atención sobre
situaciones como la obstinación terapéutica, las medidas extraordinarias o
desproporcionadas, la mantención instrumental de vida, los esfuerzos
terapéuticos con severos desmedros de la calidad de vida. Por otro lado, la muerte ha dejado de s=
er un
fenómeno natural de extinción, para volverse un proceso mixto de deterioro y
mantención instrumental, posibilidades que han transformado las concepciones
acerca del fin de la vida, y han agregado nuevos elementos que suscitan la =
discusión
en torno a tan importante problema para el hombre, como puede ser la defini=
ción
de muerte.
En
la contemporaneidad la revolución científica-tecnológica ha permitido que la
práctica médica sea capaz de redelinear las circunstancias esenciales y las
situaciones contingentes de la vida humana. Esto ha provocado el surgimient=
o de
múltiples cuestionamientos con relación al quehacer médico, sobre cuando es=
te
se enfoca únicamente en alcanzar cuantiosas ganancias y no en función del
mejoramiento de la salud de las amplias mayorías.
La
realidad que se enfrenta en la actualidad no se puede abordar con una
perspectiva conservadora de los procesos de salud y la descripción formalis=
ta
de los problemas médicos y sus relaciones con otras esferas de la sociedad =
en
general.
Conclusiones
· =
Ignorar los vínculos Filosofía-Medicin=
a, expresa
la incapacidad para comprender los profundos cambios que se están operando =
en
el conocimiento humano, en los modos de concebirlo, producirlo y socializar=
lo,
así como la tendencia hacia la integración.
· =
Resulta inadmisible la comprensión de =
una esfera
médica absolutamente desvinculada de las múltiples relaciones sociales con =
las
cuales interactúa, al mismo tiempo impide una plena comprensión de su papel
como parte integrante del engranaje social, y se presenta como un organismo
aislado, como un ente autónomo y despojado de los indisolubles lazos que la
unen a la sociedad.
· =
Formar científicos y en especial en
ciencias médicas significa que además de los conocimientos concretos de su
especialidad, debe ser portador de una posición ante la vida, de una
responsabilidad ante los resultados de su trabajo sustentados en una profun=
da
concepción del mundo y de lo humano que honre la profesión.
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rg/10.33262/ap.v3i4.110
El artículo que se publica es de exclusiva responsabilidad de l=
os
autores y no necesariamente reflejan el pensamiento de la Revista Alfa Publicaciones.
=
El
artículo queda en propiedad de la revista y, por tanto, su publicación parc=
ial
y/o total en otro medio tiene que ser autorizado por el director de la Revista Alfa Publicaciones.
=
=
[1] Doctora en Ciencias Económic=
as.
Universidad de La Habana, Facultad de Turismo, Departamento Turismo
, Facultad de Ciencias Médicas “General Calixto García”,
Departamento Filosofía e Historia,
email: valderrama@ftur.uh.cu,=
cafeval3000@gmail.com, ORCID. ID https=
://orcid.org/0000-0002-7986-4578
[2] Doctora en Ciencias Filosófi=
ca.
Universidad de La Habana, Facultad de Turismo, Departam=
ento Turismo, email: rodriguezbarbara785@gmail.com,
ORCID. ID https://orcid.org/0000-0002-4115-1927
[3] Centro de Ingeniería Genétic=
a y
Biotecnología. Planta de Producción, e.m:
zulay.fernandez@cigb.edu.cu ORCID=
. ID https://orcid.org/0000-000-6584-9708.
[4] Universidad Técnica de Babah= oyo, Facultad de Ciencias de la Educación, Los Ríos, Babahoyo, evelasteguil@utb.edu.ec, ORCID https:/= /orcid.org/0000-0002-7353-5853
Alpha publicaciones<=
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